ARRANCA EL SIGLO XVI EN EL REINO DE VALENCIA: CORTOCIRCUITO FORAL

Por Antonio Adsuar Saludos amigos, Tras tratar en nuestro último post la expulsión de los moriscos de 1609, que afectó de manera especialmente grave al Reino de Valencia,...

Por Antonio Adsuar

Saludos amigos,

Tras tratar en nuestro último post la expulsión de los moriscos de 1609, que afectó de manera especialmente grave al Reino de Valencia, empiezo con esta entrada una serie de posts sobre el conjunto del territorio valenciano en la Edad Moderna (1500-1800).

Partiremos aquí de nuevo de un hecho clave del que ya hemos hablado en numerosas ocasiones en esta bitácora alicantinista, la revuelta de las Germanías (1519-23) y su decisivo fracaso. Este post que ahora escribo tiene como antecedente la entrada titulada «Més poder per als reis: l’erosió de les institucions valencianes a l’Edat Mitjana», que podéis reller clicando aquí si os apetece. Aquella entrada cerraba la Edad Media en el Reino de Valencia, con la que ahora leéis iniciamos un interesante recorrido por su Edad Moderna, ¡Manos a la obra!.

¿Qué caracteriza, en líneas generales, el siglo XVI en nuestro reino? Podemos comenzar diciendo que se trata de una centuria en que observamos un incremento de la población y una mejora en la economía, aunque el auge valenciano no será tan acusado como lo fue durante el magnífico siglo XV, nuestro verdadero siglo de oro.

Nuestro Reino, recordemos enmarcado en una Corona Federal, la Corona de Aragón, se encuentran, tras el inicio del reinado de Carlos V (1516), dentro de un dispositivo de poder más amplio, la monarquía imperial de la dinastía Austria, aunque no será hasta 1625 cuando empiece a colaborar activamente en el sostenimiento de dicho imperio.

Hemos de volver a partir, como ya señalé más arriba, de la rebelión conocida como las «Germanías». En el marco de esta revuelta se dio una elección clave. La nobleza del Reino tuvo que elegir entre apoyar al rey, que era la figura del poder clave situada en el centro de sistema, o ponerse de parte del pueblo, de los ciudadanos, campesinos y de la pequeña y mediana burguesía que demandaban, conectando las raíces profundas de sus reivindicaciones con el sentido del Reino que dio a Valencia su fundador Jaime I, la construcción clara de un espacio político orientado a la producción y a la economía moderna, similar al erigido por las repúblicas italianas de la época.

La nobleza, que ostentaba un poder militar clave, eligió al rey, contradiciendo radicalmente la orientación dada al cosmos político valenciano por el ya mencionado Jaime I. ¿Qué consecuencias tuvo este pacto y la eventual derrota de los agermanados?

La aristocracia valenciana se integró en mayo medida en el sistema y la corte de la Monarquía Hispánica. Cedieron los nobles poder político propio, que provenía de su propio reino y de su legislación foral, a cambio de ver su primacía en este propio sistema confirmada por el rey y el aparato del Estado.

La clase media burguesa pierde fuerza y la autonomía valenciana se resquebraja, pierde fuerza política propia. La aristocracia se castellaniza y el Virrei, cargo máximo del Reino, alter ego de rey durante su casi constante ausencia del Reino de Valencia creado en 1403, se consolida a partir del 1523.

La mayoría de nuestros Virreyes serán castellanos, mostrando de manera diáfana que el rey se apoyaba en la Corona de Castilla, ya que su poder en ella era omnímodo y total. Para reforzar la figura del Virrey y la centralización del poder en la ciudad de Valencia se crea en 1509 la Real Audiencia, máximo tribunal del Reino.

La nobleza, no obstante, es interesante remarcarlo, siguió teniendo en el Regne un menor peso del que gozaba en el conjunto de la Monarquía hispánica. El territorio valenciano había sido históricamente un cosmos donde abundaba más la pequeña nobleza. Solo cuatro grandes de España tenían raíces en nuestro Reino.

Finalicemos este post comentando brevemente el papel de las Cortes en este siglo XVI. Las cortes, es bueno recordarlo, habían sido una órgano de poder político vital durante la Edad Media. Cuando el rey necesitaba dinero o ayuda armada debía convocar a las Cortes que aprovechaban para pedir al rey mejoras legislativas, reparación de agravios y otras mercedes.

Pues bien, como ya supondréis, la derrota de las Germanías también significó el deterioro de la operatividad real de las Cortes. Se convocaron pocas y su relevancia fue menor. Durante el reinado de Carlos V (1516-1556) se convocaron seis veces, con Felipe II como monarca (1556-98) únicamente dos. Además siempre fueron cortes conjuntas de toda la Corona de Aragón, hecho que diluía en gran medida la fuerza de las fuerzas representadas ante el rey, al no visualizarse claramente los intereses del Reino de Valencia, del principado de Cataluña y del Reino de Aragón.

Estos fuero en resumen los efectos de la inclusión del Reino de Valencia en un inmenso imperio europeo y americano, el del Emperador Carlos, que tenía como objetivo nada más y nada menos que la construcción de un único e inmenso Estado patrimonial quasi mundial, gobernado de manera absoluta por la casa de Austria.

Nuestro Reino, y dentro de él nuestra terreta alicantina, quedó como una pieza más dentro de aquel puzzle laberíntico de intereses. Lejos quedaban ya los tiempos en los que, en pleno siglo XV, la ciudad y el Reino de Valencia fueran el centro de imperio mediterráneo de la Corona de Aragón, ahora dirigido desde la corte del un emperador, Carlos, que se movía constantemente por Europa.

Esto es todo por hoy amigos, en el siguiente post os hablaré de una interesante cuestión: la evolución de una institución clave, la Generalitat Valenciana, de cuyo pasado es evidentemente heredera nuestra actual Generalitat,  nombre que actualmente reciben el conjunto de todas nuestras instituciones propias de autogobierno, recuperadas a partir de la entrada en vigor de la Constitución de 1978.

Espero que os haya gustado el post y que vaya lo mejor posible el confinamiento. Paciencia y buenas lecturas, estamos en contacto 😉

Por Antonio Adsuar

*Fuentes principales: A. Furió, «Història del País Valencià», J.L. Villacañas «Historia del poder político en España», ed. RBA

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1 comment

  1. APA Responder

    Força bé!
    Continua la cosa amb un molt bon nivell.
    La idea recopilatòria cobra poder de cara a un bon llibre.