MÁS PUERTO, MENOS CASTILLO: ALICANTE CIUDAD ABIERTA EN EL SIGLO XV

Por Antonio Adsuar Saludos amigos alicantinistas, Os invito a dejar por un lado el lío electoral, necesario pero cansino, para viajar a nuestro Alicante del siglo XV. Como...

Por Antonio Adsuar

Saludos amigos alicantinistas,

Os invito a dejar por un lado el lío electoral, necesario pero cansino, para viajar a nuestro Alicante del siglo XV. Como vimos la llegada de la dinastía Trastámara en 1412 a la Corona de Aragón y la unión hispánica traída por los Reyes Católicos desde 1469 habían beneficiado a Alicante.

La paz, por primera vez, marcaba el tono de la ciudad, la dejaba prosperar. Paz. Alicante comenzaba a ser más ella misma, a definirse más a ella misma, a verse y pensarse desde si misma y a luchar para ordenarse a si misma tratando de influir en los dos poderes que la marcaban decisivamente: el civil que residía en Valencia y el eclesiástico, que organizaba la Gobernación de Orihuela desde Cartagena.

Podemos resumir esta nueva pulsión de auto-construcción en una frase: Alicante aspiraba a ser menos un castillo, esto es una plaza militar estratégica, codiciada y destruida por todos, y a ser más un puerto, esto es un lugar de comercio, intercambio y prosperidad.

Aunque el siglo XV en la terreta está poco estudiado para sintetizar diremos que es una etapa de crecimiento poblacional y económico, marcada por la estabilidad. Hoy hablaré sobre todo de la ciudad de Alicante, centrándome más adelante en la capital y ciudad más importante de la Gobernación en la época, Orihuela. ¡Adelante!

a)Alicante es mar

Alicante comenzó sobre todo a ser mar, quiso ser mar y se fundió con el mar. Alicante se vio beneficiada con su incorporación plena al Reino de Valencia desde 1366. A estar incluida en la Corona de Aragón su puerto pasó a ser un importante nodo del imperio comercial mediterráneo de la federación catalano-aragonesa; el comercio comenzó a fluir y nuestra urbe a generar riqueza.

Alicante era un puerto con huerta, mientras que Valencia era sobre todo una huerta con puerto. La castellana Cartagena disponía de una muy buena dársena también pero Castilla no tenía influencia en el Mediterráneo.

El mar hizo al puerto y el puerto a la ciudad. Hemos de tener en cuenta una cosa: nadie se atrevía en el siglo XV a hacer una ciudad justo al lado del mar, totalmente volcada al mar. ¡Era demasiado peligroso!..pero la peculiar geografía alicantina, con su dársena natural unida a su imponente Benacantil, hacía posible este prodigio al poder encastillarse la población a pesar de estar expuesta a los ataques.

La geografía fue la madre de Alicante, por lo tanto. A estas excelentes condiciones se unía una fértil huerta, si bien los recursos hídricos siempre escasearon.

La combinación de puerto y huerta llevaron a tener a Alicante un carácter especial. Los grandes terratenientes cultivaron el alacantí plantando sobre todo vino. De la posesión de tierras y la venta de este producto derivó el poder de una oligarquía local que monopolizaba el poder municipal.

A ella se unió una tribu de comerciantes, en su mayoría extranjeros, que gestionaban todo el movimiento de un puerto abierto a Europa y al mediterráneo. Todo ello dio como resultado una sociedad abierta y cosmopolita, muy diferente de las demás tierras de la gobernación, más cerradas, tradicionales y agrícolas.

b)Una especial relación con el rey

Plaza estratégica sin igual, la ciudad de Alicante siempre fue conservada por el rey en su patrimonio, nunca fue propiedad de un noble. Si en general los monarcas siempre quisieron tener relación directa con toda la Gobernación de Orihuela, a ser una tierra de frontera clave, Alicante aún fue estimada en mayor grado por los soberanos.

Los gobernantes de la ciudad, dada esta intervención tan constante de la corona, nunca formaron una oligarquía nobiliaria tan independiente como la de otras ciudades, como fue el caso de Orihuela o Valencia. Hubieron nobles pero la alta aristocracia del reino de Valencia siempre vivió más bien alejada de la ciudad. Aquel que era importante en Alicante sabía que debía totalmente su puesto al rey.

c)Una tierra que lucha por disponer de si misma

Como ya dijimos nuestra terreta no dispuso de una gran independencia civil y eclesiástica. Si bien su gobernador tenía el mismo rango que el de la ciudad de Valencia, la ciudad de Turia cuestionó este estatus de paridad. Por ejemplo, en las cortes de 1415 hubo una petición de Valencia para que el Bayle de nuestra gobernación, máximo cargo en lo económico y lo fiscal, dependiera del Bayle de Valencia.

Esta petición no fue aceptada por la negativa real. Nuestra iglesia también era subsidiaria, como ya he comentado más arriba. Los diezmos de nuestras parroquias eran controlados por Cartagena, al no disponer la Gobernación de Orihuela de obispado propio; este solo se conseguiría en 1564.

d)Un avance muy relevante: la concesión del título de ciudad en 1490

A pesar de estas dificultades, lógicas para una tierra incierta y continuamente en guerra, una tierra de todos y de nadie como siempre había sido la nuestra, Alicante prosperó. Su población se dobló de 1373 a 1493. Pasó a ser la quinta ciudad del reino y el segundo mayor puerto después de Valencia.

Esta prosperidad creciente llevó al rey Fernando el católico a concederle el título de ciudad en 1490. No era frecuente otorgar tal título a una ciudad sin obispado propio. Alicante acogió con orgullo la distinción, ahora podría, por ejemplo, cobrar los mismo impuesto que la capital del reino, Valencia.

La ciudad y la Gobernación cada vez se integraba más en el Reino de Valencia y la Corona de Aragón, aunque con un carácter dual marcado, como dijimos, por su pertenencia eclesiática a Castilla. Con estas bases llegó Alicante al siglo XVI, que será un centuria marcado por un crecimiento aún mayor. La ciudad prosperaba, marcada por su carácter comercial y abierto.

Por Antonio Adsuar

*Fuentes principales: J.M. Del Estal, “Historia de la provincia de Alicante”, tomo 3, ed.Mediterráneo y «Alicante de villa a ciudad».

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2 comments

  1. APA Responder

    El bonic «tour de force» que descrius a este post donà a Alacant un vernís quasi indeleble.
    Un Alacant reial en primer lloc, encara que fora sense perdre lligams amb una «jefa» (València) que no deixava de ser-ho.
    Una pau ferma i estabilitzada, on la gent podia (per fi) dedicar-se a lo seu i créixer pensant en si mateixa.
    To això dóna a este post una solució de continuïtat respecte a la nostra capital que esperem que tinga una volada d’àliga.
    Molt interessant.

    1. librosen Responder

      Gràcies,
      Així és…pau i connexió directa amb el rei, entre València i Cartagena
      Seguim endavant