ORIHUELA EN LA EDAD MODERNA: ARQUEOLOGÍAS DE LA TERRETA

Por Antonio Adsuar Buenas tardes #AlicanteLovers, Tras unas semanas muy liado con los eventos que Alicantinismo.com organiza en las librerías 80Mundos y Pynchon&Co, vuelvo a un tempo más...

Por Antonio Adsuar

Buenas tardes #AlicanteLovers,

Tras unas semanas muy liado con los eventos que Alicantinismo.com organiza en las librerías 80Mundos y Pynchon&Co, vuelvo a un tempo más pausado y marcado por la reflexión con otro post de esta vuestra bitácora digital sobre historia de la Terreta.

Hoy daremos vida de nuevo con nuestro relato a la ciudad de Orihuela, conociendo mejor su devenir histórico durante la edad moderna (1500-1800). La gran ciudad del Segura fue la capital histórica de la Procuración/Gobernación de Orihuela (¡No es casual que ella misma le diera nombre al territorio!) desde 1304-05 hasta la abolición de la demarcación tras la aprobación de los decretos de Nueva Planta de 1707, que acabaron con la personalidad jurídica del conjunto del Reino de Valencia.

La urbe orcelitana disfrutó prontamente del título de ciudad, que le fue concedido ya en 1437. Los privilegios de Orihuela son muy antiguos y están muy ligados a la génesis del régimen foral valenciano en la edad media.

¿Cómo fue su élite gobernante? Podemos afirmar que se trató de una oligarquía de tipo rural que basaba su riqueza en la productiva huerta del Segura. Aunque Orihuela siempre estuvo muy ligada al rey no lo estuvo tanto en el plano económico como la ciudad de Alicante, cuya vida dimanaban casi por entero de su puerto y de la conexión de este con la Corte y con Castilla.

La capitalidad política de Orihuela determinó que el Gobernador de todo el territorio de aquella terreta primigénea residiera en la villa. Alicante, que cobraba un mayor poder económico con el paso de los siglos, no pudo a pesar de su pujanza mercantil arrebatarle esta condición capitalina (sobre las disputas Orihuela-Alicante leed clicando aquí el post correspondiente).

 

Todo esta carácter autosuficiente, su liderazgo político, su economía de huerta y su apego al régimen foral, sincronizaba a Orihuela con el «Cap i Casal del Regne», la ciudad de Valencia.

Como prueba de esta idiosincrasia gemelada podemos recordar que Orihuela secundó con intensidad las revueltas agermandas que se iniciaron contra el monarca en Valencia en 1519.

La derrota de los insurrectos, definitiva en 1523, afectó duramente a Orihuela. En su término tuvo lugar precisamente una de las más intensas batallas, que terminó con la victoria del rey.  Alicante había apostado por el bando ganador y gracias a esta apuesta y a su pujanza mercantil comenzó su ascensión ya en el siglo XVI.

No todo fueron malas noticias, no obstante, para la Vega Baja en la edad moderna. Orihuela se fue consolidando como capital eclesiástica y cultural gracias a la concesión por parte del papa en 1546 de un permiso pontificio para abrir una universidad propia. A esta singular victoria de la diplomacia oriolana hemos de sumar una gesta no menos brillante: gracias a los buenos oficios del influyente Arzibospo Loaces, hijo natural de la villa, el 1564 se le concedió a Orihuela un obispado propio, quedando toda la Gobernación bajo su jurisdicción eclesiástica, desligándose así del obispado de Cartagena.

Recordemos, sin embargo, que nuestras tierras del Alicante sur-Alicante de las palmeros siempre fueron dependientes de la Inquisición murciana, no siendo así pues totalmente autónomas en la esfera eclesial.

A mi modo de ver, podríamos decir que estos logros políticos oriolanos que llegaron en el XVI fueron el fruto del liderazgo-sur que puso en juego la ciudad desde el 1305. Pero estas altas distinciones que ampliaron el poder orcelitano se lograron demasiado tarde.

La edad media iba quedando atrás. La economía oriolana entró en crisis en el siglo XVII como veremos. Alicante, que tuvo una estructura económica, política y social más adecuada para prosperar en los siglos de construcción de la monarquía hispánica a partir del reinado de Carlos V, que comenzó en 1516, toma la delantera.

Aunque en el siglo XVI Orihuela aún pudo competir, a partir de 1650 el liderzago alicantino ya fue claro e irreversible, y no hará sino consolidarse en el siglo XVIII, la gran centuria de la urbe del Benacantil.

Toda esta deriva se consolidará con la designación de Alicante como capital de provincia en la década los años 1820. Orihuela quedará rezagada, como congelada en el tiempo. Vivirá absorta y encerrada en si misma, en un ambiente clerical y anejo, que le dará una esencia singular que aún perdura.

En el próximo post volveremos a centrarnos en la ciudad del Segura, analizando su economía y explicando con algo más de detalle el desarollo de su universidad.

Un saludo a todos de nuevo, espero que os haya gustado la entrada. No olvidéis rastrear el pasado del alicantinismo excavando en el pasado de Orihuela…en ella encontraréis las huellas más prístinas de nuestra idiosincrasia.

Por Antonio Adsuar

*Fuentes principales: «Historia de la ciudad de Alicante»,VVAA, publicaciones del Ayto. de Alicante, 1990, tomo III, “Historia de la provincia de Alicante”, tomo 3, ed.Mediterráneo y «Alicante de villa a ciudad», especialmente los textos de M.Martínez Gomis  y J.A. Barrio (ed), «Orihuela, la ciudad, el río y la huerta, publicaciones de la UA

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2 comments

  1. APA Responder

    Molt bé, finisc els 2 posts que tenia pendents.
    En el darrer, que acabe de llegir, destaque la claredat de la dicotomia Oriola – Alacant.
    No ho havia vist ben explicat fins a arribar este blog.

    1. librosen Responder

      Sí, la veritat es que és difícil trovar la història de diverses ciutats relatada de forma conjunta i relacionada…la meua idea es conjuntar un poc la història d’Elx-Alacant-Alcoy i Oriola…

      A vore què tal va!
      Gràcies per el comentari!