GUERRA CIVIL EN LA TERRETA: LA GUERRA DE SUCESIÓN EN ALICANTE

Por Antonio Adsuar Hola amigos, Espero que todo vaya bien y que podáis estar volviendo a la normalidad. Yo, mientras me voy desescalando, sigo contándoos la historia de...

Por Antonio Adsuar

Hola amigos,

Espero que todo vaya bien y que podáis estar volviendo a la normalidad. Yo, mientras me voy desescalando, sigo contándoos la historia de nuestro Alicante. Hoy comienzo una serie de posts sobre la terreta en el siglo XVIII.

Como muchos recordaréis ya hemos analizado lo sucedido en España y en el Reino de Valencia en toda la Edad Moderna (1500-1800). Explicamos también lo acontecido en nuestra Gobernación de Orihuela en los siglos XVI y XVII. Por lo tanto, únicamente nos queda escrutar el siglo XVIII que, ya os lo adelanto, será muy positivo en general para nuestras comarcas. ¡Pasemos a observarlo!

En el post inmediatamente anterior a este ya os comenté el resultado de una importante guerra, la guerra de Sucesión española (1701-1713). Os recuerdo en un par de líneas de que iba porque hoy me quiero centrar en desarrollar los sucesos que se dieron en nuestro Alicante durante esta contienda.

Se trató de un conflicto con una naturaleza doble: por una parte era una guerra civil entre ciudadanos de la monarquía hispánica que apoyaban o bien al pretendiente francés, el centralista Felipe de Anjou, de la familia Borbón o bien al Archiduque Carlos de Austria, que quería que la monarquía siguiera gobernándose descentralizadamente en base a la existencia de varios reinos dentro de ella.

Finalmente Felipe venció en esta guerra. Se coronó como Felipe V e impuso un modelo francés-racional-moderno-centralista que tendría como consecuencia la pérdida de las instituciones y leyes forales en todos los territorios de la Corona de Aragón, incluido nuestro Alicante.

Los dos aspirantes al trono de España, Carlos de Austria (izq.) y Felipe de Anjou

En general se puede decir que los territorios de la corona catalano-aragonesa apoyaron con más fuerza al pretendiente austracista y la Corona de Castilla se inclinó mayoritariamente por defender el bando de los borbones. No obstante, hemos de tener claro que en cada ciudad y pueblo los dos pretendientes al trono tuvieron partidarios.

También hemos de tener en cuenta otro enfoque más social, que nos permite comprender mejor esta guerra. Podemos afirmar que, en general, los señores feudales apoyaron en mayor medida al bando borbónico mientras que los campesinos y las clases medias manufactureras y gremiales, más afines al entramado foral del Reino, respaldaron al candidato austracista.

Pasemos a centrarnos ya en un relato de hechos. Hay que comenzar diciendo que Felipe V fue reconocido al principio como soberano por todos los territorios y ciudadanos, siendo rey de la monarquía hispánica desde el año 1700.

No obstante, pasado un tiempo, al postularse como candidato el Archiduque Carlos, sus partidarios fueron creciendo, sobre todo en las tierras de la Corona de Aragón. Consciente el bando de los austrias de que tenía más posibilidad de conseguir apoyos en las tierras valencianas eligió hacer desembarcar en 1705 al militar Juan Baustista Bassets precisamente en Denia.

Bassets escogió las tierras de la marina porque, si recordáis el post anterior, allí se había dado una fracasada revuelta de los campesinos contra los señores en la reciente fecha de 1693. Bassets prometió a los labradores de nuestras contradas que si el archiduque Carlos vencía se respetarían los fueros y se abolirían los derechos feudales, que era justo lo que demandaban los habitantes de aquellas tierras.

Bassets se puso el territorio de su parte y también en 1705 consigue que la capital, Valencia, se ponga de su lado. Los austracistas se van haciendo dueños de todo el Reino. En 1706 ponen sitio a la ciudad de Alicante, que decide resistir y mantenerse favorable a los borbones.

En todas las tierras valencianas la sensaciones son muy favorables al archiduque Carlos y muchas ciudades deciden pasarse a su bando, aunque algunas destacadas plazas como Jijona, se mantienen a favor del borbón Felipe.

Y es que hay que tener en cuenta que muchas ciudades se decantaban por uno u otro bando dependiendo del partido que hubiera tomado próximas ciudades rivales, «¡cada terra fa sa guerra!» como decimos en valenciano 🙂

En este contexto, el noble más destacado y poderoso de Orihuela en aquel momento, el marqués de Rafal, que estaba enfrentado con el poderoso y ultra-borbónico cardenal Belluga, dominador de Murcia, decide que la ciudad cambie su posición política y se pase con armas y bagajes al austracismo. Como véis una contienda que era una guerra internacional y una guerra civil de las Españas también puede ser leída en función de los micro-odios locales.

Elche, que recordemos siempre entiende su vida municipal a través de un enfrentamiento de la villa, más afín al foralismo y a una estructura gremial y manufacturera, contra un señor feudal castellano, el Marqués de Elche, que apuesta por dominar la ciudad imponiendo su visión más agro-exportadora de la economía, Elche decía, se decanta a la postre también por el bando austracista, que en caso de victoria le aseguraba a los ciudadanos la liberación del yugo centenario de su señor.

Alicante, que se ha mantenido fiel a los borbones, es tomada eventualmente por los austracistas en julio de 1706. Aunque en este punto parece que la balanza se inclina claramente hacia el bando del Archiduque Carlos el año 1707 arriba y con él la situación bélica da un giro importante.

El afamado militar Mariscal Berwick, al servicio de la causa borbónica, y apoyado por el mencionado Cardenal Belluga, recupera Elche. En este año de 1707, como muchos de vosotros sabréis, tiene lugar la muy conocida batalla de Almansa, en la que vecen los borbónicos que se apoderarán con facilidad a partir de esta conocida victoria de todo el territorio del Reino de Valencia.

Aunque Alicante, siempre plaza difícil de tomar pero clave por su puerto y castillo, caerá en 1709 en manos borbónicas en realidad todos daban por derrotado ya al candidato austracista. La caída de Barcelona en 1714 certifica de forma palmaria e inapelable la victoria completa de Felipe de Borbón, que será, ahora sí, indiscutiblemente coronado como Felipe V, rey de España.

Hasta aquí el relato de los más importantes acontecimientos de la guerra de Sucesión en la terreta. Antes de dar por cerrado el post quiero añadir una tesis más valorativa, más claramente de mi cosecha.

Juan Bautista Bassets

Creo que sería interesante tener en cuenta como Alicante por una parte y Elche+Orihuela por otra, a pesar de los lógicos vaivenes de las situaciones bélicas, vuelven, como en las Germanías de 1519-23, a participar en bandos diferente a la hora del conflicto.

De nuevo Orihuela y Elche acaban apoyando la posición más afín al foralismo, que conectaba mejor a mi modo de ver con la idiosincrasia última de sus élites ciudadanas más destacadas mientras que Alicante vuelve a defender de nuevo una posición más afín a un forma de poder más ligada al centralismo real, como ya hiciera al apoyar a Carlos V en la citada guerra agermanada.

Creo que esta es una constante en la micro-geopolítica de la terreta que nos ayuda a comprender muchas cosas. ¡Nada más por hoy! Saludos y salud para todos.

Por Antonio Adsuar

*Fuentes principales: J. Pradells, «Del Foralismo al CentralismoAlicante 1700-1725″ ed. Universidad de Alicante

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2 comments

  1. librosen Responder

    Comentario de @apaa

    Universal i continua la nostra condició guerra-civilista, ara des del punt de la guerra de Successió. Sembla de vegades que hem estat cabrejats entre nosatres por siempre jamás.
    Com sempre l’apunt que es dóna des d’este blog aclareix una llum particular sobre aquell nostre de la qual potser no ens havíem adonat.

    1. Joaquin Camo Responder

      Nunca existió la la corona catalana–aragonesa. Estaba la Corona Aragonesa, con los Reinos de Aragón, Valencia y Mallorca. Creo recordar que también había el Condado de Barcelona integrado en el Reino de Aragón.